Visita al Tte. Cnel Nani, preso político.

El martes 20 de Agosto compartimos una tarde con el Teniente Coronel Emilio Nani, héroe de Malvinas, de la recuperación de La Tablada y preso político por defender a nuestra Patria del ataque marxista en los años 70. Conversamos con él, que amablemente nos contó los hechos más importantes de su vida: los 70, la guerra de Malvinas, su participación en La Tablada y la recuperación del regimiento y sus días preso en cautiverio.

Nani es un ejemplo de heroísmo y patriotismo, que nos inspira a nosotros los jóvenes a seguir luchando desde nuestro lugar por la Verdad, la Tradición, por nuestra Patria y por nuestras familias, así como por la Libertad para poder hacer el Bien.

Compartimos la entrevista que le realizamos:

¿Qué fueron los 70 para usted y cómo se lo explicaría a un niño?

La Argentina fue atacada por el Comunismo Internacional. Organizaciones terroristas instruidas en el exterior, financiadas desde el exterior pretendieron convertir a la República Argentina en un satélite cubano, un satélite soviético, con todo lo que eso significa. A nosotros, nos dieron la responsabilidad de impedirlo; ellos quisieron imponerle al país un modelo con el cual la masa de la población argentina no estaba de acuerdo y ante el pedido de la sociedad, porque soy testigo del clamor de la sociedad, que nos exigía poner fin al flagelo terrorista, poner fin a la incertidumbre, a las bombas, a los asesinatos; poner fin a todo eso, que fundamentalmente lo pedía para poder vivir en la sociedad en paz, para poder vivir tranquilos.

Nosotros asistimos a eso, nos ordenaron combatir al terrorismo y lo hicimos. Lo hicimos con las herramientas que nos dio el Estado, no lo hicimos con herramientas que se nos ocurrieron, las  herramienta que nos dio el Estado para hacerlo, con una metodología que era la metodología que se debía llevar a cabo en ese momento. Esto no significa que uno comparta algunas cosas pero bueno eran las reglas de juego, y en ningún país del mundo que sufre el terrorismo, se lo combatió con el código penal en la mano. 

Pretender  combatir a alguien que está fuera de la ley con la ley llevas todas las de perder, en ese terreno no me refiero a la delincuencia común. En ese terreno cuando tenés una  organización o unas organizaciones que lo que pretenden es hacerse del poder para imponer un modelo de país diferente del que nosotros pretendíamos, queríamos, estás condenado al fracaso. 

Los 70 fueron eso, es decir la violencia se adueña de las calles y a las Fuerzas Armadas nos ordenan ponerle fin a esa violencia, eso fue lo que se hizo; es decir,  nosotros lo que hicimos fue consolidar la libertad, una libertad que estaba en peligro, la libertad de la que disfrutan hoy todos los argentinos. Esa libertad es la que disfruta Macri, la que disfruta Marcos Peña la que disfruta Poli; yo no sé, si Bergoglio hubiera sido cardenal, si el modelo terrorista se hubiera instalado en el país.

¿Cambiarías algo de las decisiones que se tomaron, hubieras hecho algo distinto?

Sí, el tema desaparecidos, no los hubiera desaparecido. Ley marcial, fusilamiento y entrega de los cuerpos. Teníamos todo, teníamos el poder.

Chile lo hizo…

Sí, así y todo tiene militares presos; Colombia tiene 2.200 militares presos y todavía siguen volando por los aires y los terroristas en el gobierno. Esto es un movimiento que no es de Argentina, esto es un movimiento que trabaja a nivel internacional. Pero sí. Eso no lo hubiera hecho. Esto lo condené en su momento, no es algo que lo digo ahora con el diario del lunes, en aquel momento me pareció que era desacertado, no significa que no se haya hecho, pero esa metodología era desacertada. 

¿Qué sintió cuando se enteró que iba a estar preso por defender a la Patria?

Miedo. La primera sensación fue de miedo. Sabía que iba a ir preso, lo que no sabía era cuándo. 

En el año 2006 el juez federal de Mar del Plata me pide mi legajo y el de varios más, pero nunca encontró causa para armar una causa. Cuando este hombre es trasladado, asume un nuevo juez, Santiago Inchausti y este tipo ni bien se hace cargo, lo primero que hace es preguntar qué había pendiente de hechos relacionados con la guerra contraterrorista y ahí decide armar causas, a mí me arma dos causas. Él es titular en un juzgado y era subrogante en otro, y me arma una causa en cada juzgado. ]Bueno, cuando me entero, si bien estaba preparado porque siempre tenía yo la sensación de que en algún momento me iba a pasar: era el más antiguo en libertad, es decir, todos mis superiores están presos, todos los que fueron superiores a mí están presos o muertos, pero los que están vivos están todos presos, el que seguía en orden de mérito por antigüedad era yo así que sabía que, en algún momento, algo pudiera llegar a suceder. Pero así todo, cuando me llama por teléfono un amigo para decirme que se había librado la orden de detención dije la pucha, y sentí miedo porque no sabía qué me iba a enfrentar. Si bien yo me había pasado 15 años asistiendo pesos,  sabía de qué se trataba, pero bueno ahí es cuando decidí irme de casa para poder poner mis ideas en orden y, bueno, poder actuar después con racionalidad.

¿Terminó la guerra? 

No, no, para nada. Terminó la guerra por medio de las armas pero ahora estamos inmersos en una guerra mucho peor, que es la cultural, es mucho peor. En la guerra por las armas es uno gana uno pierde, y es violencia. Acá es destrucción, es destrucción cerebral, vemos como los penetran desde todo punto de vista. Es decir, yo creo que la revolución cultural es la más sibilina, además la más insidiosa y es la más peligrosa porque es lo que consigue esta sociedad a la que lo único que le importa es que no aumente el dulce de leche, llegar a fin de mes, todo cifran en lo económico, las inquietudes que uno ve en la gente son de índole económica. Nadie condena fervientemente y con fuerza; me refiero a nadie en forma masiva, esto no significa que no haya grupos que luchen contra esta guerra cultural, que yo creo que la perdimos, esta guerra cultural está perdida, lo que tenemos que hacer ahora es iniciar otra guerra, otra guerra para recuperar esto que hemos perdido que no sé si estaremos en capacidad hacerlo. Cuando hablo de guerra no hablo de guerra violenta, hablo de guerra cultural es decir luchar contra esta contracultura, una contrarrevolución.

¿Se siente un prisionero de guerra?

No. Si fuera prisionero de guerra, yo tendría obligación de escaparme, para reintegrarme a un ejército para seguir luchando en una guerra, en una guerra bélica, no una guerra cultural, en una guerra bélica. No hay ejército al cual yo pueda reintegrarme y no hay una guerra desde el punto de vista bélico, lo que tenemos es esta guerra cultural. Ahora, si yo me escapo, voy preso y a nadie le importa,  porque me escapo, ¿para ir a dónde? No tengo dónde ir porque el ejército me expulsó. Yo soy persona no granta dentro del propio ejército, entonces, al no tener dónde reintegrarme… Yo soy un preso político, el término concreto mio es preso político, porque estoy preso por razones políticas.

¿Cree que los derechos humanos se aplican para un pequeño sector de la población?

Sí, absolutamente, Es decir, los derechos humanos son una herramienta de dominación,  si uno quiere llamarlo de alguna manera. ¿Quiénes son los beneficiarios de esa defensa de los derechos humanos? Lo peor de la sociedad: los delincuentes, los narcotraficantes los terroristas. La gente honesta no tiene derechos, es decir hoy está todo armado para que aquel que dice algo fuera de lugar termine en el INADI. Ahora, si alguien ataca nuestros valores religiosos, de tradición, de familia, de Patria, uno va a hacer una denuncia en el INADI y hoy el INADI no lo toma, porque todo eso está armado dentro de este marco de esta guerra cultural, está armado para la sobrevivencia de ellos; y hoy, los derechos humanos además de ser una herramienta de dominación, son una herramienta de subvención, son un negocio, han encontrado una forma de vida. Abrieron la causa de la tablada, abrieron la causa malvinas, ahora abrieron la causa de la contraofensiva montonera, la Causa de tucumán, todas cosas que se han hecho a la luz del día y, sin embargo, hay gente que se sigue beneficiando.

¿Qué le diría a los jóvenes de hoy? ¿Y a los que militan para la izquierda?

Con los que militan para la Izquierda yo no perdería el tiempo, que hagan lo que quieran. La preocupación mía son ustedes; es decir, me refiero a los jóvenes que no están con la Izquierda, con los cuales hay muchos para hacer, a los cuales hay mucho que transmitirles. El tipo que eligió irse a la Izquierda, que se vaya a la Izquierda y termine como mejor le parezca. 

Yo a los jóvenes les pediría, y lo vivo con mis hijas, que es lo que les pido permanentemente, que cambien esa actitud de mirarse el ombligo, de vivir pensando en los propios intereses y empezar a abrir el juego y mirar el bien común, es decir todo lo que puede beneficiarnos como sociedad. Es muy difícil. Es como tener que remontar las cataratas del iguazú a nado. Es muy complicado, más después de la derrota que hemos sufrido tantos años de masacre cultural pero el mensaje que yo les daría a los jóvenes es ese, sobre todo jóvenes como ustedes que tienen ganas, que tienen el compromiso, es decir no aflojen, metanle para adelante, convoquen jóvenes, motiven jóvenes. 

Nosotros somos el pasado, hay que mirar para adelante, el futuro, ustedes son el futuro y lo que hay que mostrarles a los jóvenes es que hay un futuro,  la argentina tiene un futuro.

El otro día le decía a alguien “nosotros (los presos) somos 2300, está bien, involucramos a las familias, pero nosotros tendríamos que salir por añadidura, nosotros no tenemos que ser el objetivo, el objetivo tiene que ser algo más superador algo más grande. Uno cuando habla de la Patria, habla de una cosa medio abstracta, pero no es algo abstracto, es decir, nosotros estamos viendo cómo nos están castigando por todos lados y nos están destruyendo moralmente, entonces acá hay una juventud sana muy grande. Por eso digo, a mí, la Izquierda me importa nada, el joven que eligió militar a la Izquierda… Yo no perdería el tiempo con eso,  porque no tengo tiempo. No tenemos tiempo nosotros, tenemos que salvar lo que es salvable. Esos chicos que tienen el pañuelo verde, las mujeres que se sacan la ropa, eso no tiene salvación hoy… Tal vez mañana uno podría preocuparse pero hoy nuestro objetivo es lo rescatable de la sociedad.

¿Cómo es estar preso en su casa?

Es estar preso. No hay nada peor que perder la Libertad.  no hay bien más preciado que la Libertad, más allá de la vida por supuesto. Como bien, la Libertad es uno de los bienes más preciados. Yo estoy bien en mi casa, estoy muy bien porque tengo una familia extraordinaria, a mí no me afecta estar preso en mi casa, Me afecta que afectó a mi familia eso sí, pero a mí en lo personal no me conmueve, es decir, me fortalezco todos los días. Todos los días tengo un motivo más para seguir adelante. Hoy, después de hoy, ya tengo un motivazo para seguir adelante, verlos a ustedes para mí es una alegría, es un reconforto, es una caricia para el alma, ver que hay jóvenes de entre 20 y 25 años, que tengan las inquietudes que tienen ustedes, para mí es algo fantástico. No me preocupa, Porque además como dije estoy orgulloso de estar preso, por la causa de estar preso.

¿Si llegara a recuperar la Libertad qué sería lo primero que haría?

Irme hasta Villa Cura Brochero, porque el Cura Brochero es tío bisabuelo mío, nuestro. Con mi mujer somos primos hermanos y el Cura Brochero tío bisabuelo nuestro. Entonces lo primero que haría es eso. No es lo que haría, es lo que voy a hacer.

Entrevista realizada por: Juana Bosio Perrupato, Joaquín Gándara, Agustín Sueiro, Juan Ignacio Catá (Instituto de Estudios Cívicos), Alexander Beglenok (Fundación LIBRE) y Segundo Carafí.


Desde el Centro de Estudios Cruz del Sur seguiremos trabajando para que en Argentina se termine el falso relato setentista y triunfe la verdad. Argentina debe conocer la historia completa para poder sanar sus heridas y así poder mirar al futuro. Desde estas filas exigimos la libertad de todos los presos políticos, el cese de los juicios, el reconocimiento de las Víctimas del Terrorismo como tales y el fin del “curro” de los Derechos Humanos y todo lo que eso implica.

Seguiremos realizando estas visitas con el objetivo de rendir honores y reconocer a aquellos héroes que lucharon por defender nuestra Nación del ataque terrorista en la década del 70.

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