“Vuestras Altezas, como católicos cristianos y príncipes amadores de la santa fe cristiana y acrecentadores de ella, y enemigos de la secta de Mahoma y de todas idolatrías y herejías, (...) a las dichas partidas de India (...) y la manera que se pudiera tener para la conversión de ellas a nuestra santa fe”
Por Benjamín Quiroz Orillo, miembro de Cruz del Sur.
Hoy, 12 de octubre, recordamos orgullosos nuestra Hispanidad y celebramos a nuestra madre patria, fecunda, civilizadora y profundamente católica. En estos tiempos de posmodernidad, es especialmente importante recordar nuestro origen puesto que, a lo largo de la historia, ha sido universalmente difamado. Es importante destacar esta fecha para recordar nuestra identidad y, sabiendo de dónde venimos, no permitir que el enemigo nos destruya.
“Día del respeto a la diversidad cultural y de los pueblos originarios” es el nombre con el cual han querido descalificar la efeméride. Pero: ¿puede respetarse a una cultura que va en contra de la vida humana y que degrada con sus ritos satánicos a los hombres? Este nombre reviste una falacia exorbitante: jamás se podrá respetar a una cultura y a un pueblo que atentan contra la dignidad humana.
Pero, volvamos a la gran gesta; recordemos a la Reina Isabel mujer que, por su fe profundamente católica, hizo increíbles obras. Trabajó incansable en la difusión del mensaje de Nuestro Señor Jesucristo para convertir las almas. Su obra es única en el mundo. Ella ha sido un instrumento de Dios muy importante. No aspiraba, como nos quieren hacer creer, a destruir al indio sino, justamente, a atraerlo y convertirlo para ayudarlo a desarrollarse de manera más perfecta. Queriendo transmitir para siempre el amor a Dios, dejo escrita esta gran premisa “Atraer a los pueblos de Indias y convertirlos al servicio de Dios”. (Codicilo de la Reina Isabel)
Junto a ella debemos recordar, también, a los hombres que cumplieron esta misión. Ellos, impulsados por Dios, lejos de ejecutar sistemáticamente a los que vivían en estas tierras (tantas veces dicho por la leyenda negra) levantaron ciudades y edificaron universidades.
Actualmente, vivimos en una destrucción total de nuestra historia y nosotros, los jóvenes, cooperamos con ello, pues, en lugar de formarnos, nos ocultamos atrapados por el sentimiento de la vergüenza. ¡Estudiemos la historia a fondo! ¡Trabajemos para difundir orgullosos la verdad sobre nuestro origen! ¡Preparémonos para la batalla!